¿Tengo que cambiar mis hábitos de higiene cotidiana? La importancia de usar productos suaves y específicos

¿Tengo que cambiar mis hábitos de higiene cotidiana?

Los tratamientos oncológicos como la quimioterapia y radioterapia pueden hacer que nuestra piel esté más sensible, seca, irritada, enrojecida o incluso presente descamación. De ahí a que sea tan importante el uso de productos específicos, con ingredientes suaves, respetuosos con la piel y formulados para proteger y reparar las pieles frágiles y sensibles.

Para ello, en este post te hablaremos de qué rutina y hábitos debes seguir en el cuidado de tu piel. Y, como no podía ser de otra forma, en el primer paso nos encontramos con “La limpieza e higiene”.

Lo más importante a tener en cuenta; elegir productos que no alteren el pH natural de la piel. Por ello aconsejamos optar por jabones sin fragancia y con fórmulas hipoalergénicas. Limpiadores suaves que respeten esta barrera cutánea para así evitar la sequedad y tirantez.

Uno de nuestros favoritos es la leche limpiadora gelificada de la gama Tolerance de Avène. Su fórmula sin jabón ayuda a eliminar la suciedad e impurezas del rostro sin irritar, dejando una sensación suave y confortable.

Otro aspecto a tener en cuenta es que hay pieles que, al estar sometidas a tratamientos oncológicos pueden llegar a presentar pequeñas heridas o descamación a causa de la sequedad extrema por la quimio o la radioterapia.

Para estos casos es importante utilizar un limpiador que además de ser suave, ayude a cicatrizar, reparar y proteger como el gel limpiador desinfectante de la gama Cicalfate de Avène.

Limpia sin irritar a la vez que promueve la cicatrización de las zonas dañadas, protegiendo y evitando la descamación. Además contiene activos que previenen infecciones y aceleran el proceso de regeneración cutánea, algo super importante para las zonas más delicadas.

Para esos casos de sequedad extrema que curse con picor, uno de los limpiadores que más recomendamos es el aceite limpiador de la gama Xeracalm AD de Avène, ya que ayuda a reparar la función barrera, aporta hidratación y nutrición intensa, gracias a su textura oleosa y acción relipidizante y antipicor.

Y como plus a nuestra rutina de cuidado, tras finalizar la higiene, podríamos incorporar el Agua Thermal de Avène, conocida por sus propiedades calmantes y aportar confort al instante, al ser rica en minerales y oligoelementos. 

La sequedad o irritación extrema de la piel son algunos de los efectos más comunes que sufren los pacientes sometidos a tratamientos oncológicos. Por eso, como comentábamos al principio del post, es tan importante el uso de productos que respeten la función barrera y cuenten con activos calmantes y reparadores, recomendados siempre por un profesional sanitario.