Llega Navidad y las celebraciones se nos acumulan. Además, parece que no podemos celebrar nada sin una comida mediante y no pequeñita precisamente. Por eso es muy fácil que terminemos las fiestas con nuestra figura (y nuestra salud) un poco resentida. Las comidas copiosas y los platos con alto contenido en grasa y azúcar se repiten en nuestro menú más de lo necesario. Superar las comidas de Navidad sin salir rodando en el intento se convierte en todo un reto, aunque poniendo en práctica algunas recomendaciones podemos salir mejor parados de los tradicionales festines navideños.
No nos vamos a engañar en estas fechas la rutina cambia y abandonamos los hábitos saludables: dejamos de hacer ejercicio físico, comemos y bebemos más de la cuenta y trasnochamos. Los kilos de más, las digestiones pesadas, las subidas de colesterol y de ácido úrico están nos acechan.
No es necesario cambiar el solomillo, el marisco y los dulces por una ensalada. Sabemos que eso no vamos a hacerlo. pero podemos intentar comer de todo con un poco de moderación, escoger bien las opciones saludables que te ayuden a equilibrar. Si este año quieres evitar las grandes comilonas para no llevarte un disgusto en enero cuando te subas a las báscula, te dejamos unos consejos prácticos.
Consejos para sobrevivir a las comidas de Navidad
- Antes de la comida o cena: bebe un vaso de agua 30 minutos antes del evento. Te ayudará a reducir el ímpetu inicial y va a hidratar tus órganos internos que trabajarán extra durante la jornada.
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Durante la comida o cen:
- Comida: Cnsejo que siempre se nos olvida: modérate con los entrantes. Para los primeros siempre es mejor optar por pescados que por carnes, ya que facilitan el proceso de digestión, y a la plancha en vez de con salsas pesadas. Si la elección es carne, mejor de ave que de ternera o de cerdo, especialmente por la noche. En cuanto a la guarnición, te recordamos que las verduras son amigas. Finaliza la comida con un posetre a base de fruta en vez de pasteles y dulces.
- Bebida: si no bebes alcohol intenta evitar las bebidas azucaradas. El agua es siempre la mejor opción. Si prefieres la opción con alcohol, comienza con bebidas suaves e hidratantes. ¿Eres más de vino? ten al mismo tiempo en la mesa una copa de agua y ve alternando ambas bebidas.
- Después de la comida o cena: Llegó el momento de las copas. Lo ideal es elegir bebidas refrescantes e hidratantes para calmar la sed. Si no podemos evitar tomar una copa (o varias), te recomendamos que evites los combinados hipercalóricos todo lo que puedas (y no, no nos vale con Cola Light). Dañarán nuestro estómago y los órganos internos. Además, te recomendamos que entre copa y copa tomes algún vaso de agua para hidratarte. Contrarrestará la desidratación que produce el alcohol.
- Antes de dormir: Bebe un gran vaso de agua, te ayudará en el proceso de reciclaje de los tóxicos ingeridos durante el día.
