Congestión nasal en bebés

Congestión nasal en bebés

Es normal que las madres primerizas no sepan cómo quitar la congestión nasal del bebé, qué productos usar, durante cuanto tiempo... Pero ¡No os preocupéis! En el post de hoy os damos consejos y recomendaciones de como hacerlo.  Con la llegada del frío, es muy común la congestión nasal en bebés, que es esa aflicción que se presenta con taponamiento de sus fosas nasales, impidiendo el paso del aire normal hacia sus pulmones. La causa de la inflamación y la secreción nasal se debe a diferentes patologías, entre las que destacan las alergias a diferentes factores ambientales y microorganismos como los ácaros; o virus como la gripe.  Los síntomas son molestias en la garganta. Lagrimeo excesivo, infecciones en las vías respiratorias superiores, dificultades para respirar, neumonías, alteraciones en el sueño.  Uno de los métodos principales es el lavado de las fosas nasales y lo más aconsejable es hacerlo con productos naturales como las soluciones salinas. Un momento adecuado puede ser después del baño, pero cuando el niño ya esté seco y vestido para que se sienta más cómodo.

Consejos para aliviar la congestión nasal en bebés

  • Posicionar al bebé de lado y evitar que se mueva en exceso. Preferiblemente de lado sobre el cambiador y coloca una toalla bajo su cabeza y cuello. Si el bebé estuviera boca arriba, el líquido podría arrastrar la mucosidad hacia el oído y provocarle una otitis.
  • Solución salina. Con el niño tumbado de lado, empieza introduciendo el agua de mar por la fosa nasal que queda arriba. Para ello, debes introducir la boquilla en el orificio nasal y apretar suavemente el pulsador.

De este modo, el líquido entrará por una fosa y saldrá por la otra sin que pase al oído ni a la faringe. Repite el proceso después desde el lado opuesto. Hay que lavar las boquillas después de cada uso. 

  • Si el bebé tiene mucho moco, el lavado con suero o agua de mar puede no ser suficiente. En estos casos, se puede recurrir a un aspirador nasal, sorbiendo constante y suavemente desde el otro extremo.

No obstante, tan solo hay que utilizarlo cuando haya mucosidad visible que no se pueda extraer sin él, puesto que abusar de esta práctica puede irritar la nariz y favorecer la congestión y el sangrado. En cualquier caso, el aspirador no debería usarse más de una o dos veces al día.

  • Hacer al bebé que tome más líquido. El moco será menos espeso y la humedad de las fosas nasales, mayor.
  • Inclinar ligeramente la cuna o cama para mantener la cabeza más elevada.
  • Si la congestión es mayor, dar baños de vapor