El pez espada, el atún rojo, el tiburón, la trucha de lago o el lucio, son algunas de las especies marinas a las que hay que prestar especial atención antes de consumirlas. Y más si estás embarazada, eres lactante o tienes un niño menor de 10 años.
Desde hace una semanas volvía a saltar la alerta por la presencia de metilmercurio en el pescado y marisco, así como por los efectos negativos para la salud que conlleva el consumir alimentos con mercurio.
Aunque la ingesta del pescado es segura, saludable y recomendable, es importante que se limite su consumo a 3 o 4 raciones por semana y, además, se haga variando entre el pescado blanco y el azul.
En el caso de las embarazadas, lactantes y niños de hasta los 10 años de edad, la cosa varía. Desde el propio Ministerio de Sanidad y la OMS prohiben el pescado con alto contenido en mercurio, como el pez espada, atún rojo, tiburón y lucio.
A muchos de vosotros esto os habrá pillando de sopetón y no tenéis ni idea de lo que estamos hablando, ¿Verdad? Pues empecemos por el principio, es decir, por explicar qué es, cómo se extiende y por qué el mercurio y metilmercurio son negativos para la salud.
El mercurio es un elemento químico que está presente en el agua, el aire y el suelo, de forma orgánica, inorgánica o elemental (mercurio metálico), cuyos efectos son nocivos para el ser humano, sobre todo en las primeras etapas de la vida. De ahí a prohibir el consumo de alimentos contaminados en niños, embarazadas y lactantes, tal y como hemos señalado anteriormente.
¿Y como se extiende a los alimentos? Pues bien, lo primero que hay que aclarar es que esta contaminación se manifiesta especialmente en el marisco y el pescado. Pero en este caso no estaríamos hablando de mercurio sino de metilmercurio, un tipo de mercurio, que surge de la transformación de este por parte de bacterias.
En los alimentos, el metilmercurio se biomagnifica y cuanto mayor es la especie marina mayor es su concentración. Por eso antes decíamos que había que limitar la ingesta del pescado azul, como el pez espada o atún rojo.
Con respecto a por qué es negativo para la salud, es importante que sepáis que el mercurio y metilmercurio son tóxicos y tienen efectos sobre la piel, el aparato digestivo, los pulmones, los riñones, los ojos y el sistema nervioso e inmunitario.
Aunque, sin duda alguna, el feto en este caso es el que se lleva la peor parte, ya que puede sufrir una alteración en el desarrollo neurológico, afectando al desarrollo del cerebro, al habla, la memoria o la atención, si durante el embarazo o la lactancia la madre come pescado azul.
Peeero que no cunda el pánico, que esto no impide incluir el pescado en tu menú. De hecho, es importante su consumo, al ser una fuente de proteínas con alto valor biológico, que aporta energía y contribuye a la ingesta de nutrientes esenciales como el yodo, el calcio, el selenio y las vitaminas A y D.
Basta con prestar mucha atención a lo que comes y la frecuencia con la que lo haces. ¿O no os suena eso de 'mentir y comer pescado requiere de mucho cuidado'?.