La xerosis cutánea es un problema muy frecuente entre la población, el cual se acentúa en los meses más fríos. El motivo principal de que esto suceda es que en esta época del año es cuando más se descuida la hidratación.
¿Qué es la xerosis cutánea?
Para hablar de la xerosis y su tratamiento, antes debemos conocer su origen y sintomatología. El término «xerosis» se emplea para denominar a la piel seca que se produce a consecuencia de su deshidratación. La xerosis en la piel afecta aproximadamente al 80 % de las personas de más de 60 años. Sin embargo, también se puede dar en otros momentos a lo largo de la vida. Su aparición puede derivar en algunos problemas físicos y psicológicos. Por ello, en este artículo, veremos en qué consiste y cómo podemos evitarla.
¿Por qué se produce la xerosis en la piel?
Para comprender por qué se produce esta situación, es necesario prestar atención a la capacidad de la dermis para regular el agua en sus capas superficiales. La cantidad de agua en ellas depende de varios factores. Por ejemplo, hay que atender a los lípidos de la barrera cutánea como son las ceramidas. Su presencia reduce la pérdida de agua por evaporación. Por otro lado, están las moléculas higroscópicas como el lactato, la urea o los aminoácidos, cuya función es atraer y retener el agua. En cualquier caso, no es lo mismo tener deshidratación que xerosis en la piel. La última implica un estado que suele ser pasajero y está provocado por factores como los cambios de temperatura o el frío extremo. No obstante, cuando se origina una deshidratación, el problema puede prolongarse en el tiempo.
Causas de la xerosis cutánea
La xerosis en la piel se produce por un deterioro gradual de la función de la barrera cutánea y la pérdida de elementos hidratantes. Asimismo, hay una serie de factores asociados al estilo de vida que pueden detonar su aparición:
- Alimentación. No podemos olvidarnos de consumir alimentos ricos en hierro y zinc. Igualmente, es importante saber que el déficit de vitaminas esenciales, como la A y la D, puede provocar afecciones como esta.
- Estar bien hidratado. Nuestro cuerpo está formado en gran parte por agua; por ello, no debemos reducir el consumo por debajo de nuestras necesidades diarias.
- Ambiente. Las temperaturas extremas (frío o calor) pueden aumentar la tendencia a padecer este problema en el cutis. Del mismo modo, debemos tener precaución con la radiación solar, pues ocasiona fotoenvejecimiento prematuro y afecta a la salud de la piel. Por otro lado, si la humedad ambiental es muy baja, es más fácil que se padezca esta situación.
- Profesión. Algunas profesiones nos exponen a condiciones extremas de trabajo o a sustancias que pueden irritar la dermis (peluqueros, personal de limpieza, operarios industriales, químicos, obreros de la construcción, entre otros). El estrés y la ansiedad asociados al mundo laboral son otros posibles causantes.
Xerosis y tratamiento
La xerosis cutánea no suele requerir un tratamiento preventivo, sino paliativo para calmar sus efectos. Se persigue aliviar la piel y tener una buena rutina de cuidados basada en la humectación y la limpieza. Para ello, nuestra recomendación profesional pasa por utilizar productos como los siguientes.
1. Gel de baño
Eucerin Urearepair Gel Baño está elaborado con ingredientes naturales para limpiar el cutis de forma suave y efectiva. Conserva la barrera cutánea y evita su sequedad, pues no contiene ingredientes alcalinos. Es un gel limpiador suave, agradable, sin jabón y sin fragancias, por lo que la tolerancia es máxima.
2. Hidratación corporal
CeraVe Crema Hidratante es una crema corporal que mantiene la hidratación durante todo el día al tiempo que repara la barrera protectora de la piel. Está formulada con ceramidas, ácido hialurónico y niacinamida. Su textura es ligera y no grasa.
3. Alivio del picor
Bepanthol Calm Crema está indicada para aliviar el enrojecimiento y el picor en una irritación de la dermis. Puede emplearla toda la familia en cualquier zona donde no haya heridas.
¿Cómo evitar la xerosis en la piel?
Como hemos explicado, cualquier persona puede tener la piel seca, pero una xerosis cutánea es algo que se da, sobre todo, en personas mayores. Para ello, deben concurrir una serie de circunstancias como un ambiente seco, padecer dermatitis atópica o tener un trastorno epidérmicos. Por otro lado, quienes pueden padecerla son aquellos individuos que siguen ciertos tratamientos médicos, no tienen un buen estado de nutrición o sufren diferentes patologías. Aun así, hay una serie de hábitos que influyen en la salud de la piel, y con ligeros cambios diarios podrían evitarse problemas dérmicos. Al adoptarlos, contribuiremos a mejorar el bienestar integral de los tejidos corporales:
- Tener una rutina diaria de hidratación corporal. Las cremas hidratantes deben tener un alto contenido en lípidos para evitar así la pérdida de agua y la entrada de sustancias nocivas del exterior.
- En el momento de la limpieza, es muy interesante usar jabones que respeten el pH fisiológico de la piel (5,5). Esto es importante para no alterar la síntesis de los factores naturales de hidratación.
- En la ducha no hay que abusar del agua caliente ni prolongar este momento. El motivo es que el contacto de la piel y el agua puede ser contraproducente.
- Proteger la dermis de la radiación solar con un factor de protección mínimo de SPF 30. Por supuesto, tras cualquier exposición, es recomendable volver a hidratar la piel.
- Quienes estén en mitad de algún tratamiento médico o padezcan una enfermedad que reseque su cutis deben ser muy rigurosos con la rutina de hidratación. Además, si es posible, conviene aumentar la frecuencia de aplicación de cremas hidratantes especializadas.
- Evitar el contacto con sustancias químicas y condiciones físicas extremas ayudará a minimizar el impacto negativo de estas en la salud cutánea. Del mismo modo, es imprescindible eludir el empleo de productos químicos sobrecargados con aceites naturales.
Todos estos cuidados y consejos están recomendados cuando se padece una xerosis cutánea, así como dermatitis atópica, ictiosis o cualquier otra enfermedad que reseque la piel.