Podríamos considerar el aceite esencial de lavanda como el ?comodín familiar?. Es el aceite esencial por excelencia, su gran valor molecular, su perfecta tolerancia, así como su inocuidad, han hecho que se posicione como un aceite esencial de referencia en el mundo de la aromaterapia, ayudando a esta a conseguir el prestigio y la fama que poco a poco se le va confiriendo.