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El sistema digestivo está formado por la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso, conduciendo hasta el recto. También incluyen su función, órganos como el hígado, la vesícula biliar y el páncreas.
Cada zona, órgano y glándula del sistema digestivo desarrollan funciones diferentes con el propósito de deglutir y descomponer los alimentos para que los nutrientes puedan ser absorbidos por el organismo (esto es lo que se denomina proceso de digestión), consiguiendo además eliminar las toxinas y desechos. El proceso de digestión está integrado por:
Si en el aparato digestivo, o durante el proceso de digestión, se produce alguna alteración en el funcionamiento o cometido, se origina lo que conocemos como afección, trastorno o patología digestiva. Algunas de las más comunes son:
La gastritis consiste en la inflamación del revestimiento del estómago. Esto puede conllevar síntomas como náuseas y vómitos, dolor en la parte superior del vientre o abdomen, e incluso inapetencia. Si la gastritis causa sangrado, pueden darse heces negras y vómitos con presencia de sangre.
Si los síntomas persisten o empeoran, debe acudirse al médico.
La diarrea es una afección caracterizada por el aumento de las deposiciones diarias. Además, la consistencia de estas disminuye. Puede ir acompañada de dolor abdominal.
Normalmente, el origen de la diarrea puede ser vírico o bacteriano. Es importante no cortar la diarrea, así, el virus o bacteria podrá eliminarse:
· Es esencial evitar la deshidratación siguiendo una dieta blanda, tomando líquidos y suero oral que reponga los minerales perdidos en cada evacuación.
· Además, complementaremos el tratamiento con un probiótico que permita reforzar la flora intestinal, devolviéndola al equilibrio, disminuyendo así la afección.
Para prevenir este tipo de diarreas, es conveniente seguir medidas higiénico-sanitarias: lavar las manos frecuentemente (en especial tras haber ido al baño y antes de comer), beber aguas de fuentes limpias y seguras, comer los alimentos preparados correctamente, lavar los alimentos antes de comerlos o cocinarlos, etc.
Estas recomendaciones es de vital importancia seguirlas, especialmente, cuando viajamos a otros países donde, si no se cumplen, puede desarrollarse la conocida como diarrea del viajero. Por ello, nunca podrá faltar en nuestro botiquín de viaje un probiótico preventivo y de tratamiento, este reforzará nuestra flora o microbiota intestinal, evitando que se dé la diarrea o que los síntomas vayan a más.
La diarrea también puede ser síntoma y un signo de alarma, permitiendo detectar intolerancias o enfermedades (como intestino irritable, colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn u otras). Por ello, si la diarrea persiste o aparecen otros síntomas asociados, o se detecta presencia de sangre en heces, se recomienda acudir al médico. En estos casos, también es muy importante prestar atención a los posibles síntomas que pueden acompañarla y comunicarlos al médico para así conseguir el diagnóstico más certero.
El estreñimiento es una afección en la que se disminuye la frecuencia de deposición de heces, llegando a ser menos de 3 veces por semana. Suelen ser heces más duras, secas y grumosas. Suele ir acompañado de hinchazón, dolor abdominal y/o sensación de evacuación incompleta. El dolor, puede incluso verse reflejado en la espalda.
Algunas de las causas del estreñimiento, son las siguientes:
· Por factores dietéticos, falta de fibra en la dieta.
· Estrés.
· Secundarios a alguna patología, como la diabetes, tiroides o síndrome del intestino irritable.
· Asociados a la toma de algún medicamento: antiinflamatorios (dexketoprofeno), antihistamínicos (cetirizina, loratadina, ebastina), antihipertensivos (enalapril, captopril, indapamida), antidepresivos (venlafaxina, amitriptilina) ...
Para prevenir el estreñimiento, se recomienda:
· Beber 1-2 litros de agua al día.
· Aumentar el consumo de frutas y verduras, ricas en agua y fibra.
· Comer despacio y masticas bien.
· Limitar el estrés.
· Practicar ejercicio físico diario.
· Si se deriva de la toma de algún fármaco, consultar con el médico.
Algunos activos pueden actuar para acabar con el estreñimiento de forma puntual, como pueden ser el bisacodilo, la parafina líquida o la glicerina. Pueden encontrarse en distintos formatos, como jarabes, comprimidos, cápsulas, microenemas, enemas o supositorios.
Si el estreñimiento no mejora o empeora, debe consultarse con el médico.
La Digestión y la Indigestión
Una adecuada digestión es esencial para el mantenimiento de la salud y bienestar del individuo. Diferentes factores pueden influir en ella:
• Comer rápido, no masticar bien.
• No dedicar el tiempo suficiente a la comida.
• Comidas copiosas.
• Abusar de las grasas, fritos, salsas, dulces, alcohol...
• Estrés.
• Consumo de tabaco.
Estos factores pueden desencadenar digestiones pesadas o indigestión, que cursan con molestias como hinchazón, dolor abdominal y de vientre... También, pueden aparecer gases, ardores o acidez e, incluso, si estos factores se convierten en un hábito pueden llegar a desarrollarse otros tipos de patologías.
Indigestión no es lo mismo que el conocido “corte de digestión”. El “corte de digestión” se denomina hidrocución y se produce por un cambio brusco en la temperatura al entrar de forma precipitada en agua fría, por ello, son más comunes en verano. No tiene que estar solo asociado a introducirnos en el agua después de la digestión, también puede darse en el baño tras haber practicado deporte o si se ha pasado mucho tiempo al sol. La persona afectada suele presentar palidez, escalofríos, visión borrosa, mareos, náuseas, vómitos.