Diabetes y picor en la piel: un prurito molesto que podemos suavizar

Diabetes y picor en la piel: un prurito molesto que podemos suavizar

Para hablar de la relación que existe entre la diabetes y el picor, primero debemos saber por qué se produce esa patología. La diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el organismo no utiliza de forma eficaz la insulina que produce el páncreas o cuando este no la secreta en la cantidad suficiente. ¿Cómo afecta esta enfermedad a la piel en el día a día de los pacientes? ¿Podemos combatir sus efectos? Aquí lo explicamos.

Síntomas menos conocidos de la diabetes

Un mal control de la glucemia (cantidad de glucosa o azúcar en sangre) puede derivar en ciertas complicaciones renales, cardíacas o de visión. No obstante, hay ciertos síntomas que, aunque no sean propios de la diabetes, sí pueden alertar de su presencia. A continuación, mostramos cuáles son algunos de los efectos de la diabetes más desconocidos, pero que no dejan de ser importantes.

1. Irritación en la piel

La irritación en la piel que aparece cuando la cantidad de glucosa en sangre supera los valores saludables conlleva picores cutáneos. Esto es debido a que la piel se reseca y provoca comezón en las manos, brazos, pies y piernas. Además, se han realizado varios estudios al respecto en los que los investigadores han concluido que la diabetes tiene un impacto negativo en la piel. Su presencia puede provocar sequedad, ulceraciones y todo tipo de irritaciones. Por tanto, si notamos que esto sucede, debemos analizar si puede estar ocasionado por el clima o una falta de hidratación. En caso contrario, lo mejor es acudir al médico para que pueda realizar un análisis de glucosa y diagnosticar el problema.

2. Cambios en la visión

No existen investigaciones específicas al respecto, pero lo cierto es que quienes padecen diabetes y no lo saben experimentan una mejoría de su visión. Esto quiere decir que pueden incluso dejar de utilizar gafas. Sin embargo, una vez estabilizados los niveles de glucosa vuelven al punto anterior. Esto sucede porque la mejoría no es permanente.

3. Problemas para escuchar

Hay varios estudios que indican que la pérdida de audición puede ser un síntoma de diabetes. Por tanto, la persona tiene que pedir que le repitan las cosas en una conversación o sube el volumen del televisor, esta puede ser la razón.

4. Ronquidos

En 2017 se realizó en China un estudio donde se evaluó la presencia de prediabetes y su relación con los ronquidos. Los resultados fueron sorprendentes, pues se cree que la elevación de los niveles de azúcar en sangre puede deberse a trastornos respiratorios como la apnea del sueño. Estos síntomas se pueden asociar a diferentes causas, por eso, lo mejor es observarlos durante un tiempo prudencial y, luego, acudir a consulta con un profesional.

Diabetes y picor: causas y circunstancias

La diabetes tiene un gran impacto en el día a día de los pacientes porque afecta a muchas áreas de su vida. La actividad física, la visión, la alimentación (que quizás es lo más conocido) y, por último, también suele afectar a la piel. En algunas personas, los elevados niveles de glucosa provocan ciertos picores cutáneos. El motivo puede ser una complicación de la propia enfermedad, que se manifiesta en forma de una mala circulación. De ahí que sea habitual relacionar la diabetes y el picor en las extremidades inferiores (pies, tobillos y piernas). Los especialistas en dermatología de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) inciden en la importancia de la relación entre la diabetes y las afecciones cutáneas. De hecho, algunos de los efectos de la diabetes en la piel son el enrojecimiento, las úlceras, la dermopatía y neuropatía diabética y la sequedad de la piel o xerosis. Este último efecto, junto con el engrosamiento en ciertas áreas de la piel, es uno de los primeros síntomas y de los más habituales. La piel seca es un problema que sufren uno de cada cuatro pacientes y, entre sus signos, destacan la descamación, el engrosamiento y una menor elasticidad de la piel. Aunque la sequedad afecta a todo el cuerpo, tiene mayor intensidad en los pies y en las manos.

Cómo combatir el picor en la piel producido por diabetes

La combinación de sequedad, diabetes y picor hace que sea necesario reforzar la piel, y la urea es la aliada perfecta. Esta sustancia, a diferencia de otros activos, tiene la capacidad de proteger tanto la dermis como la epidermis. Asimismo, consigue una profunda hidratación, mientras mejora la flexibilidad y activa las defensas de la piel. Otra de las sustancias recomendadas para paliar estos picores es la glicerina, ya que retiene el agua y la humedad. Favorece una hidratación duradera, proporciona elasticidad y confiere una apariencia más natural.

Picor y diabetes: recomendaciones para calmar la piel

Esto no es lo único que podemos hacer para controlar el picor. También hay hábitos de higiene para pieles sensibles como los siguientes:

  • Utilizar jabones neutros que no contengan ingredientes alcalinos, como los que tenemos en Farmaciasdirect.
  • Realizar duchas rápidas con el agua templada en vez de utilizar agua muy caliente o baños, que causan la maceración y erosión de la piel.
  • Evitar la excesiva humedad.
  • En el momento de secarse tras la ducha o cuando se necesite, es mejor no frotarse la piel con la toalla. En su lugar, es preferible secarse con presiones ligeras sobre la piel con la ayuda de una toalla suave.
  • Cuidar bien las uñas y cortarlas de forma regular. De este modo, se evitan lesiones e infecciones por el rascado. Si se produce un excesivo crecimiento en las uñas (hiperqueratosis), es necesario emplear preparados queratolíticos en altas concentraciones.
  • Evitar una exposición prolongada al sol.
  • Utilizar siempre ropa ligera de tejidos naturales, como el algodón. No se recomiendan las prendas elásticas.
  • Evitar en la medida de lo posible las bebidas alcohólicas y las comidas picantes.

Estos son algunos de los mejores consejos que se pueden seguir cuando se sufre de diabetes y picor. También hemos de recordar que las lociones y los fluidos emolientes e hidratantes son imprescindibles para reforzar la barrera cutánea.