La insuficiencia renal en perros es la cuarta enfermedad con mayor prevalencia entre este tipo de mascotas. Se produce cuando los riñones no pueden desarrollar sus funciones en parte o por completo y supone un problema grave para los canes. Además, es bastante frecuente, por lo que resulta útil para sus dueños conocer la insuficiencia renal y sus grados, de modo que puedan afrontarla con determinación y eficacia.
¿Qué es la insuficiencia renal y cuáles son sus diferentes grados en perros?
La insuficiencia renal en perros conlleva la pérdida de las funciones básicas de los riñones. Estos son órganos vitales del cuerpo y entre sus cometidos destacan los siguientes:
- La eliminación de los desechos y toxinas del organismo mediante la orina; es decir, se encargan de depurar la sangre.
- Mantienen el equilibrio de líquidos y minerales, con lo que previenen la deshidratación.
- Producen diferentes sustancias que resultan indispensables para el funcionamiento del organismo como, por ejemplo, ciertas hormonas y vitaminas.
Como consecuencia, cuando se produce un fallo renal se acompaña de alteraciones que tienen un impacto muy negativo en la calidad de vida de las mascotas. Los motivos por los que se pueden producir fallos de este tipo son problemas de circulación graves o pérdida de sangre. También se producen deficiencias en el funcionamiento de los riñones debido a la acción de sustancias tóxicas y al consumo de ciertos fármacos.
Insuficiencia renal crónica
El fallo renal es algo que perdura en el tiempo, lo que hace que el riñón vaya perdiendo sus funciones poco a poco. Esto no afecta, de forma general, a los perros más jóvenes, ya que se desarrolla de modo lento y progresivo, deteriora los tejidos y hace que su funcionamiento no sea el adecuado. De hecho, lo habitual es encontrarlo en perros de mayor edad, aunque la hipertensión o la diabetes pueden acelerar su aparición. Algunos de los signos que pueden poner en alerta a los dueños son:
- Vómitos.
- Sed excesiva.
- Anemia.
- Tener los riñones más pequeños de lo normal.
- Otros.
Insuficiencia renal aguda
En el caso de estar frente a una insuficiencia renal en perros de carácter agudo, hay que saber que se presenta de forma repentina. Esto quiere decir que el riñón, sin previo aviso, puede dejar de funcionar, y es algo que afecta tanto a perros jóvenes como viejos. Lo importante en estos casos es detectarlo a tiempo; de lo contrario, puede cronificarse o ser mortal. La sintomatología en este caso es la siguiente:
- Anorexia.
- Cambios en el patrón de la orina. No hablamos solo del color de la orina en la insuficiencia renal, sino también de que el animal no orine o lo haga más de la cuenta.
- Dolores en la zona del abdomen.
¿Cómo identificar si un perro padece insuficiencia renal?
En función del tipo de insuficiencia renal que se presente y cuál sea su grado, los síntomas y los signos pueden ser muy variados y difíciles de percibir. Por eso, ante la sospecha de que pueda haber un problema en los riñones lo mejor es acudir al veterinario. Algunos de los signos que deben poner en alerta a los propietarios son:
- Pérdida de peso.
- Cansancio excesivo, letargo, negarse al movimiento y tener una postura encorvada.
- Comer o beber menos de lo normal.
- Vomitar.
- Presencia de sangre en orina.
- Mal aliento.
- Diarrea.
- Poco pelaje.
- Dolor en la zona renal.
- Mucosas pálidas y presencia de anemia.
- Úlceras o llagas en la boca.
- Desorientación.
- Aumento o reducción de forma exagerada de las ganas de orinar.
Algunos de estos síntomas se asocian al envejecimiento del animal, pero con una analítica es posible identificar si hay un fallo renal y conseguir tratarlo a tiempo.
Tratamiento para la insuficiencia renal en perros
Cuidar la dieta de las mascotas es algo muy importante para evitar estos problemas. Pero, sobre todo, los dueños deben conocer la insuficiencia renal y los alimentos prohibidos, lo que puede ayudar a prevenirla. Deben evitarse:
- Sal.
- Aceites vegetales.
- Huesos.
- Hígado.
- Lácteos.
- Legumbres.
- Pescado azul.
De hecho, los perros que tienen este problema suelen tener una dieta específica que protege a los riñones y consigue frenar el avance de la enfermedad. Asimismo, ayudará a mejorar su apetito. Los veterinarios son los que mejor pueden aconsejar sobre qué tipo de piensos ofrecer para cuidar de forma especial los riñones de las mascotas. Como base, está bien saber que la dieta debe tener un alto índice de antioxidantes, ácidos grasos y proteínas.
Otros tratamientos
Además de aplicar cambios en la dieta, también se puede recurrir a otros tratamientos como, por ejemplo:
- Terapia de fluidos. Si la enfermedad está dando sus primeros pasos, es necesario incrementar el consumo de agua. Esto se puede hacer a través de los alimentos, pero, según avance la enfermedad o en caso de que el animal sufra una deshidratación, puede ser necesario que se le administren fluidos por vía intravenosa. ¿Qué se consigue con esto? El perro mantendrá unos correctos niveles de electrolitos, lo que evitará la debilidad muscular y el aumento del ritmo cardíaco que aparecerán si disminuye el potasio, por ejemplo.
- Suplementos. Se pueden utilizar como tratamiento único o como complemento. Todo dependerá del grado de insuficiencia renal, aunque el objetivo será el mismo: conseguir un equilibrio de vitaminas, electrolitos y ácidos grasos.
¿Se puede prevenir?
Siempre es más sencillo aplicar medidas preventivas que tratar una enfermedad. Entonces, ¿Cómo contribuir a que una mascota tenga sanos sus riñones?
- Alejarla de sustancias tóxicas como venenos, fármacos y ciertas plantas.
- Si el perro tiene una infección bacteriana que altere el normal funcionamiento de los riñones, es necesario que un veterinario esté vigilante.
- Evitar que pasen más de ocho horas sin hacer sus necesidades.
- Hacer que beba la cantidad de agua necesaria y que siga una dieta equilibrada para su constitución, raza y tamaño.
En Farmaciasdirect recomendamos administrar un pienso especializado para perros con insuficiencia renal. Sin embargo, los veterinarios son los más indicados para hacer un seguimiento de las mascotas y es recomendable realizar revisiones periódicas con las que mantener cualquier enfermedad bajo control.